Agregar las hierbas en el momento preciso es clave para que estas den todo su sabor.
Al cocinar con hierbas aromáticas, su composición da pistas sobre cuándo agregarlas a la preparación y para ello, se pueden dividir en dos: delicadas y duras.
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Las hierbas duras tienen sabores similares a los la carne. Son resistentes y las sustancias que forman sus aceites hacen que sea mejor agregarlas a la cocción desde el principio, así se le da tiempo a sus moléculas para que impregnen toda la comida. En esta categoría incluya el laurel, el orégano, el tomillo, la salvia y el romero.
Los sabores de las hierbas más delicadas podrían definirse como frutales y florales. Es mejor agregarlas siempre al final de la cocción o, incluso, al momento de servir. Si se agregan desde el principio, el calor destruirá todo su sabor. Al final, entonces, van hierbas como la albahaca, el cilantro, la menta, el perejil, el estragón y el eneldo.