Sara Mesa es radióloga y ha dedicado los últimos meses a investigar la conexión entre la alimentación y el cerebro. Cocina y Mente es un libro que explora la relación.
Sara Mesa recuerda de su niñez la facilidad con las que su mamá cocinaba en casa. “Hacía el almuerzo, de la nada, en tan solo 15 minutos”, dice. Y al ver cómo ella se desenvolvía entre ollas y sartenes empezó su amor por las recetas. “Juntas hacíamos muchos postres”, recuerda.
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Hoy, desde la medicina, Sara explora la cocina desde otros puntos de vista. “Soy radióloga”, cuenta, “y siempre me llamaba la atención cuando veíamos un cerebro y decíamos que estaba desnutrido”. Sin embargo, nunca había prestado atención a esto, hasta que en 2020 la pandemia la dejó sin actividad.
Se reencontró con la cocina y recordó esa curiosidad que le generaban aquellos cerebros a los que les faltaba una buena alimentación. Empezó entonces un proceso de investigación encaminado en la exploración de la conexión entre el intestino y el cerebro. En principio, entendió que hay un fuerte vínculo entre ingrediente y cerebro y, poco a poco, se dio cuenta, además, de que la mente actúa en función de lo que se cocina: “Es ver a la cocina como disfrute”.
“Organizar el entorno y crear un ambiente adecuado es fundamental en el proceso culinario”.
Por eso, cocinar debe ser, antes que nada, un proceso en el que hay placer, solo de esa forma el cerebro podrá conectarse con el alimento. Para Sara, la cocina es una forma de meditación, es una forma de vibrar, de conectarse con el presente a través de la conciencia de los sabores, aromas, olores y técnicas. “Es dejar de ver la cocina como algo mecánico, entender que la cocina no es algo mecánico”.
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Y por eso nació el libro Cocina y Mente, un ejercicio en el que invita a los lectores a disfrutar en los fogones. “Muchos piensan que no pueden cocinar, y lo que pasa en realidad es que no saben qué hacer con lo que compran o con lo que tienen en casa. Cocina y Mente es un libro de recetas que quiere ser guía, acompañar en el proceso”.
Pasos para enamorarse de la cocina
- “No se puede obligar a quien no vibra”, dice Sara. Lo primero es partir de la curiosidad: debe haber deseo e interés. No existen los malos cocineros. “Estamos diseñados para crear y cocinar”.
- Buscar inspiración en todas partes. “En libros como Mente y Cocina, en la naturaleza, en la televisión, en los viajes. Hay que probar y probar, exponerse a nuevos sabores”. Tener el equipo necesario. Para Sara, no hay que tener una gran cocina: algunas ollas y sartenes, y un cuchillo muy bien afilado.
- Entender que la cocina es placer, que es meditación activa y que sirve para vivir el presente.