De pequeños solares urbanos de Medellín brotan frutales, hortalizas, aromáticas y medicinales. Un programa desarrollado en la comuna 13 busca raíces más profundas en la disminución de círculos de violencia.
Tomates, de los clásicos y de los cherry rojos y amarillos, también albahacas, lechugas, mentas y yerbabuenas, además espárragos y rábanos… El menú que da la tierra urbana es multicolor, diverso, delicioso. Lo dice Andrés Marcel Giraldo, propietario de Huertender, empresa especializada en fabricación, siembra y manejo de huertas urbanas.
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El fenómeno ya consolidó un colectivo, la Red de Huerteros Medellín, que en asocio con las universidades de Antioquia, Javeriana y Autónoma de Occidente realizó una investigación sobre la agricultura urbana mediante consultas en 86 instalaciones.
“Creemos en el futuro. En Medellín más del 73 % es rural. Eso indica que tenemos más verde que gris. Si nos volvemos a conectar con la tierra, nos desconectamos de esa maleta tan pesada del protagonismo de lo material” El Aka. Comuna 13.
Solares donde pasan cosas
Producir comida es una de las prioridades, pero el proceso tiene mayor profundidad. La tierra -basta con un solar de 6 por 6 mt. “para hacer algo interesante”, dice Giraldo-, es fuente de reflexión sobre el trabajo y espacio de aprendizaje; además, punto de reflexión sobre impacto medioambiental y de producción libre de agroquímicos.
Cuadros Verdes Vivos cobra vida en solares de Medellín. En sus comunidades, entre ellas las de la comuna 13, sus gestores supieron compactar una mezcla entre arte y huertos, como lo explica El Aka, artista y líder del proceso: “El Hip Hop es calle, debajo de la calle hay tierra y la tierra contiene historias, memorias y luchas”.
Este concepto, identificado como hip hop agrario, permite que la música y la poesía, como manifestaciones urbanas, y la siembra, que integra tradiciones y saberes, genere vínculos entre vecinos. Cuenta El Aka, “desde nuestro trabajo, estamos contribuyendo a disminuir círculos de violencia”.
De lo espiritual en el arte: Kandinsky y las plantas de aire, tierra, fuego y agua o Los jardines de Monet y planimetría, son talleres que ofrece Cuadros Verdes Vivos, donde una de las raíces sostiene que “la paz es un imperativo ético”.
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Ese es uno de los hallazgos de la Red de Huerteros Medellín: con la productividad, el principal fruto son las transformaciones vecinales. “Las huertas cargan con los conflictos sociales. Muchas de ellas tienen una motivación relacionada con el desplazamiento forzado, la reinserción y la memoria del conflicto”, señala.
Hablarles a las plantas… ¿y qué responden?
La mayoría de las huertas crecen en Medellín, de acuerdo con la Red de Huerteros y las universidades investigadoras, impulsada por comunidades. En estas todavía hay un reto de diversificación -solo el 5 % ofrece variedad alta o media- y de consolidar una mezcla entre frutales, hortalizas, aromáticas, ornamentales y atractores de abeja.
Hablarles a las plantas,dicen las abuelas, reporta beneficios en crecimiento y bienestar. ¿Y qué le genera al sembrador esa conversación? En la comuna 13 estas responden con comida y más. Como dice El Aka, “al recorrer un jardín se activan recuerdos y llegan olores, formas y sabores que cuentan historias”