Sus sabores combinan a la perfección. Un poco de café en una torta de chocolate hace que el sabor de este último se intensifique. Recetas que combinan estos dos ingredientes.
Tomarse una taza de café con un pedazo de chocolate es, sin lugar a dudas, un placer casi que celestial. El sabor amargo de la bebida contrasta a la perfección con el dulce del segundo. Sin embargo, el matrimonio va mucho más allá de, simplemente, un sabor perfecto.
Los maridajes se pueden clasificar de muchas maneras. Por ejemplo, por contraste o, incluso, por sabores regionales. La simbiosis que existe entre el café y el chocolate es especial en ese sentido: ambos crecen en las zonas tropicales y, en muchos casos, los árboles de cacao se usan para dar sombra a las plantas de café. El matrimonio, entonces, existe desde el origen. Muchos expertos hablan, precisamente, de esa simbiosis que se forma cuando una planta frutal crece al lado de los cafetales e, incluso, llegan a decir que muchas notas frutales se logran sentir en la taza. Así, por ejemplo, lo expresa el chef Juan Manuel Barrientos, quien añora una buena taza de café cultivada en la finca de sus abuelos en Fredonia, Antioquia, al lado de cientos de árboles frutales.
Café y chocolate son una pareja perfecta. Cuentan con matices y aromas complejos e, incluso, comparten notas aromáticas. Se usan también las mismas palabras para describir la experiencia en una cata: en ambos productos hay acidez, hay intensidad, hay cuerpo y aroma.
El sabor amargo de la bebida contrasta a la perfección con el dulce del segundo.
Otro elemento que los hace comunes es su preparación. Ambos se fermentan después de recogidos, se secan al sol y, luego, se tuestan. Ya el método se separa, pues mientras el café está listo para ser consumido después de la tostión, el cacao aún debe sumar procesos para convertirse en chocolate.
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Las claves
En los procesos de elaboración están los puntos que se deben tener en cuenta para combinar chocolate y café. Por ejemplo, un café de tostión alta va mejor con un chocolate con alto porcentaje de cacao y poca azúcar. Esto porque se busca que ninguno de los dos ingredientes opaque al otro: debe haber un equilibrio perfecto; que en el paladar haya una fiesta y que se sientan las cualidades de ambos productos.
Ensaye esta combinación: espresso y chocolate negro al 70 % o trufas rellenas de licor. Un café corto y con cuerpo hace buena pareja con sabores igual de intensos.
Si se habla de chocolates con leche o de bombones rellenos, lo mejor es elegir cafés de tostión suave e, incluso, se vale en este caso, servir a la mesa un café con un poco de leche como un latte o un capuccino.
En definitiva
Aunque hay normas, a la hora de cocinar con café y chocolate, hay que probar. Dar un salto al vacío y ensayar diferentes intensidades de chocolate. Se puede buscar, además, una combinación que ayude a resaltar uno de los dos productos o que, simplemente, sea una combinación perfecta. Como todo en la cocina, siempre hay que hacer laboratorios y ver qué funciona mejor.